Debido al frío y que éramos pocos, preferí llevar a cabo la segunda sesión del taller en la oficina que comparto con Iñaki, aprovechando que él está en su luna de miel (la sala de taller 4 es muy grande y fría, nos hace falta una sala de seminario en la Escuela...). Además, esto favoreció un contacto más íntimo y abierto. El grupo aún no se define, pues algunas personas que se inscribieron durante la mañana no llegaron y otras asistieron a pesar de no estar inscritas. Se nos sumaron Loreto Carrasco, Javier Soto, Camila Morales y Pilar Pizarro, de diferentes años de la carrera. Esta vez, como ya había hecho la presentación, les pregunté qué los había motivado a participar y hacia dónde querían orientar su colaboración.
Un tema abordado, planteado por Javier, fue el de la relación entre violencia física y acción/resistencia simbólica o pacífica. A partir de eso, les hice ver la conexión entre artes y culturas tribales históricas, rasta, hip hop y punk en particular. Esto también conectó con el interés de Camila por investigar y desarrollar acciones callejeras. A ella le había recomendado la lectura de Ana Longoni y revisamos rápidamente el texto de esta investigadora argentina sobre las acciones desarrolladas en torno a la desaparición de Jorge Julio López. También le sugerí revisar otros textos de Longoni y del GAC, así como investigar en torno al street art y sus vínculos sobre todo con hip hop. Javier investigará lo que llama las "formas de resistencia inteligente", las que tienen un carácter estético e imprevisto. Modos de defensa y acción. Surgió asimismo como tema la diseminación del uso de la V de Venganza como forma de hacktivismo creativo y Pilar se comprometió a investigar en torno a ello. Yo desconocía esta iniciativa, que según me informaron está basada en una película y se da en diferentes países. Los vengadores ocupan una máscara marcada con la letra V para resguardar su identidad en sus apariciones virtuales y por medio de esta práctica se produce asimismo una dilución de la autoría en diferentes personas, lo cual es bastante inteligente pues se vuelven doblemente incapturables.
Como puede apreciarse, el taller es bastante multiforme, pues busca responder a la diversidad de intereses de sus integrantes. Con todo esto yo me siento como pez nadando en el agua. Es de esperar que, pasadas las movilizaciones, este tipo de dinámicas se mantengan, pues el remezón educacional no debiera ser sólo una cuestión de dinero, sino también de renovación de los problemas, las perspectivas y las metodologías. Eso creo y por ello seguiré actuando.
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